¿Qué es una victoria?




Dos antiguos amigos. Compartieron colectivo político en la Universidad. Llevan mucho tiempo sin verse, aunque se siguen la pista discretamente. Se encuentran en la cola de una manifestación del 15-M. Abrazos, qué tal, cuánto tiempo, pero enseguida, muy rápidamente:

Mario- ¿Cómo lo ves?

Ángel- Menos gente, ¿no? Más banderas, más siglas, más “de lo de siempre”.

M- Hum, sí… La gente hoy es muy práctica. Y el 15-M no ha conseguido nada. ¿Por qué volver a venir entonces? Ahora venimos sobre todo los más militantes, para quienes la vida es esto.

(gritos: ¡Que no, que no, que no nos representan!)

Á- ¡¿Que el 15-M no ha cambiado nada?!

M- No sé, dímelo tú. ¿El qué?

Á- Fíjate en esta misma manifestación. No está legalizada. Ahora convocamos y punto. Ni se nos pasa por la cabeza pedir autorización, ni nos acordamos ya de que habría que hacerlo. Es un cambio, ¿no?

M- No me dirás que hemos organizado todo este pifostio sólo para convocar manifestaciones sin pedir autorización. Tanta manifestación además… nos cansaremos. ¿Sabes la factura que pasa movilizar, generar tanta expectativa y tantos esfuerzos, y frustrarlos? Falta el para qué de todo esto.

Continua aquí