El problema del consumo en Diego Valeriano
(Subimos
esta bien interesante reseña que nos envía el taller de Cartografías
Políticas
en el que, parece, se están discutiendo los textos de Diego
Valeriano sobre Capitalismo Runfla).
Introducción
Analizamos
una serie de textos de Diego Valeriano sobre capitalismo runfla, que es
la fórmula con la que el autor se refiere a lo que pasa en los territorios
luego de la transición de una situación de miseria hacia un contexto de cierta
abundancia. La circulación de dinero trae aparejada un aumento de la capacidad
de consumo, que Valeriano asocia a una mayor vitalidad en las periferias. El
consumo, entonces, no queda automáticamente ligado al apaciguamiento y el
control de los grupos sociales marginales, sino que introduce una complejidad
que requiere ser pensada.
·
Hay
una intensificación del capitalismo a través de la abundancia y no una “salida”
del capitalismo.
·
La
runfla reemplaza la organización social solidaria de la época de la
crisis.
·
Hay
protagonismo de una ciudadanía popular centrada en la figura de la víctima.
·
La
vida runfla es la instancia más activa en la lucha contra los ajustes
del liberalismo económico.
Hipótesis
En
torno a la vitalidad, Walter Benjamín dice en su “tesis IV” de Sobre el
concepto de historia: “La lucha de clases es una lucha por las cosas burdas
y materiales y sin las cuales no habrá las espirituales y refinadas… Pese a
todo, estas últimas se encuentran presentes en la lucha de clases, pero no como
la idea de un botín que gana el vencedor. En esta lucha están vivas en tanto
que confianza, valentía, humor o astucia”.
A
partir de esta cita, podemos preguntarnos si es pensable que aquella vitalidad
que el marxismo preveía que se daría en la lucha de clases se esté dando hoy
bajo la forma de una movilidad ligada al consumo.
Decimos
·
No
se trata de un fenómeno de inclusión en un modelo de las clases medias como
producto de un ascenso social (vía consumo): aunque las clases bajas consuman
más no ingresan al modelo cultural tradicional de la “clase media”. Esa
topografía social (de lo alto- lo medio-lo bajo) se desacopla. Por eso, es muy
impreciso hablar de “inclusión vía consumo”.
·
Cuando
sectores antes postergados acceden al consumo, se genera una lucha por el
sentido (por la significación) de los bienes, por los valores que traen asociados.
Se abre una disputa que afecta al juego de la imagen de las marcas, por
ejemplo. En este punto, el consumo puede ser democratizador.
·
Durante
el primer peronismo hubo un acceso masivo de las clases populares al consumo.
Habitualmente, este antecedente es narrado en términos de inclusión y de
adquisición de derechos vinculados al mundo salarial del trabajo.
·
Para
saber qué pasa en acceso actual al consumo quizás sea necesario mirar lo que
sucede “antes” del consumo: ¿cómo se accede al poder de adquirir? Hay fuentes
múltiples de ingresos: se llega al consumo a través del trabajo en blanco, en
negro, ilegal; cobrando un plan social, una renta, un subsidio; o mediante el
robo, el saqueo, etc. Un aspecto a tomar en cuenta cuando se busca una
dimensión “emancipativa” está asociada al desacople entre consumo y trabajo.
·
Es
posible pensar que la vitalidad asociada al consumo sea también una vitalidad
que se genera a partir de una nueva productividad social, ya que
las poblaciones de las periferias pasaron de una situación de exclusión del
sistema de producción de valor a ser la franja más activa de la economía.
·
La
tesis que asocia libertad y consumo (extensivo a sectores populares) pertenece
a un neoliberalismo modificado, no-noventista. No hablamos de un neoliberalismo
de austeridad y privatización (que avanza vía exclusión), sino de uno en el
cual el consumo no es potestad exclusiva de las elites.
·
El
caso argentino no es asimilable al neoliberalismo actual en los países europeos
(similar al de los ‘90 en Argentina y al aún vigente en Chile). ¿Se trata, por
eso, de un modelo no-neoliberal? ¿O estaremos en una “segunda etapa” del
neoliberalismo (al que podemos llamar “post-neoliberal”)?
·
En
la genealogía del capitalismo runfla ocupa un lugar central el
peronismo, que, desde sus inicios, afirma el derecho popular al goce (al
consumo) hasta entrelazar altos índices de consumo popular con legitimidad
política del gobierno. En ese sentido, no se trataría de un desarrollismo de
manual, en el cual el Estado piensa en términos estratégicos qué sectores
potenciar para generar un tipo de crecimiento económico integral y sustentable,
sino de una apuesta al crecimiento guiado por el derecho al goce para
todos.
·
Que
la preocupación del Estado sea cómo hacer para asegurar que todos los sectores
accedan al consumo genera la necesidad de sostener una velocidad de
crecimiento, unas fuentes de energía, una determinada gestión de la divisa, del
ambiente… En este contexto, la concepción de desarrollo deviene inseparable de
una determinada concepción de la política.
Próxima
Reunión: Intensidades:
afectos y hábitos en política
Materiales
para la próxima: Prólogo
y cap. 1 del libro “Poshegemonía”, de Jon Beasley Murray.