Cementando la falta de alternativas
Por qué el referéndum es políticamente necesario en Grecia
por Ulrich Brand y Jens
Wissel
(Traducción:
Olivia van Riesen)
La
lucha por atribuir la culpa ya comenzó. En la opinión pública alemana se construye la imagen
de un gobierno griego incompetente y falto de estrategia. Por lo tanto, se le
cuelga el sambenito exclusivamente a Atenas.
Sin embargo, incluso economistas de renombre
argumentan que la política de crisis actual por parte de la troika (las "instituciones“) no tiene ninguna base económica racional. Joseph Stiglitz
constató en varios periódicos internacionales que la política de la troika
desde un principio no tenía un fundamento económico sólido. Paul Krugman habla
de una "necedad monstruosa“ de la UE que tiene la culpa de la "política de
austeridad destructiva“. La condonación de la deuda sería lo indicado
económicamente, y según el prominente economista Barry Eichengreen se podría
haber conseguido a unos costes bajos. Ya
el pasado 22 de junio el filósofo alemán Jürgen Habermas recordaba que el auge
económico de Alemania después de la segunda guerra mundial sólo fue posible
gracias al Acuerdo de Londres de 1953 en el que a Alemania se le condonaba el
50% de las deudas. Pero la troika sigue insistiendo en que Grecia debe pagar
sus créditos.
¿Cuál es entonces el motivo de la política de la
troika, si no es la racionalidad económica? Antes que nada se trata de esconder
un hecho: la socialización de deudas privadas. Nunca ha existido un verdadero
rescate para Grecia. Los créditos billionarios para Grecia fueron de hecho
rescates para los grandes bancos de Europa occidental. Los créditos de estos se
pagaron y los estados europeos asumieron deudas y responsabilidades.
Sin embargo, la razón de la postura rigurosa de la
troika tiene raíces más profundas. Se trata de una señal política. Cualquier
alternativa política a la política neoliberal de austeridad debe ser destruida.
Cualquier movimiento o partido que quiera oponerse aun sólo en matices a los
dogmas neoliberales es combatido con toda dureza. Este es el mensaje. Sobre
todo para la población española que con Podemos está apoyando cada vez con más
fuerza un partido anti-austeridad.
En contra de lo que hace suponer el debate público
actual, la mayoría de las propuestas constructivas vinieron del gobierno
griego. Estaba dispuesto a concesiones de gran envergadura y lo sigue estando
incluso en los últimos días, después de que las negociaciones se declarasen por
fracasadas. La propuesta del 23 de junio ya no contenía la principal demanda
del gobierno griego, es decir el fin de la política de austeridad. Ya solamente
se trataba de mitigar las consecuencias más graves de esta política. Así, por
ejemplo, el gobierno griego accedió a un aumento parcial del impuesto sobre el
valor añadido.
Las instituciones de la troika por contra se han
comportado de una manera confusa y mostrando una división del trabajo que
imposibilitó llegar a un acuerdo. El Eurogrupo, el FMI, la comisión europea y
el BCE no hablaron con una voz en las negociaciones, lo que una y otra vez
llevó a giros inesperados en el proceso de negociación.
¿De
qué estamos hablando en realidad? De una constelación de toda Europa que lleva a una heterogeneidad y
falta de solidaridad enormes. El
superávit de cuenta corriente de Alemania, lo que presiona a los otros países,
era del 7 por ciento en el año 2014. Hace tiempo que se deberían de imponer
sanciones contra Alemania. La Comisión Europea constató un desequilibrio de las
cuentas corrientes de Alemania y de otros países con superávit, pero los calificó
de "no excesivos“. Los problemas estructurales de la eurozona no se abordan.
La Unión Europea se enfrenta a enormes tendencias
desintegradoras. El ambiente anti-europeo en Gran Bretaña es sólo un ejemplo.
Al mismo tiempo presenciamos una crisis dramática de refugiados y la
incapacidad de la Unión Europea de abordarla. Es evidente que los burócratas no
son conscientes del alcance de sus actos.
Grandes partes de las poblaciones de los estados
miembros de la UE, que más duramente se vieron afectados por la política de
austeridad, están en contra de continuar con esta política. Esto se constata
entre otros por el hecho de que los partidos socialdemócratas que ejecutaron la
política de austeridad han perdido toda confianza de la población. No solamente
en Grecia cae en picado el PASOK, también en España el sistema bipartito se
disuelve. Con el nuevo partido Podemos y en iniciativas electorales locales
muchos de los decepcionados demandan una verdadera democracia. Tampoco la
socialdemocracia austriaca ni la alemana formulan alternativas y están siendo
castigadas por ello.
Y no deberíamos olvidar que François Hollande ganó las elecciones en
Francia con un programa contrario al pacto fiscal y la política de austeridad.
La reorientación hacia la política que aplica Alemania ha debilitado el partido
de Hollande y ha fomentado el auge enorme del Front National.
En este sentido es importante que Syriza no asuma las políticas neoliberales.
Fue elegido para enfrentarse a la política de austeridad y está cumpliendo con
su palabra. Es posible que sea
desbancado políticamente. Pero es legítimo que en un acto democrático consulte
la decisión a la propia población.
Syriza rebasó el umbral del dolor y se vio enfrentada a fuertes
conflictos internos en el partido. Pero marcó una línea roja. Si Syriza cae,
muchas personas volverán a la pasividad política y/o se tornarán hacia la
derecha política. Esto no debemos subestimarlo en cuanto a la perspectiva de
crear alternativas, aunque los debates sean muy acalorados.